La fundación de GECNA (Grupo de Estudios Culturales Nuestra América) aconteció con el vislumbre de una señal. Siendo básicamente un grupo de prácticas de trascendencia y equilibrio energético, interesado en las culturas originarias de América y el mundo, esperábamos convocantes un indicio del Espíritu para actuar como factores de transmutación en este momento de cambios. Como iniciados en las prácticas emancipadoras de la conciencia, en una actualidad cubana con la que estamos comprometidos, era el modo de expresar nuestro agradecimiento. La señal provino de un acontecimiento insospechado: el develado en los jardines de la Unión de Periodistas de Cuba de una estatua representando al apóstol José Martí en la forma de Chac mool maya.
En nuestra iniciación arribamos a la convicción de que la colonización europea de las Américas (llamadas también Abya Yala, Anawak, Islas Tortuga) tuvo un impacto negativo no sólo por la destrucción paulatina de culturas enteras, sino también por la implantación de un paradigma que negó el potencial de liberación humano en todos los niveles, incluidas las prácticas de expansión de la conciencia, fuente de soluciones personales y sociales que apuntaban, con sus altas y bajas, a un impulso civilizador panamericano.


Martí vivía con la certeza de que sólo liberando la memoria americana del yugo físico y mental del colonialismo, cosa que sucedería “cuando el indio echara a andar”, podría nuestro continente alcanzar los grados de civilización que se proponían sus sociedades antes de la llegada de los europeos. En sus escritos relativos al hallazgo de la estatua, muestra su oposición a las pretensiones del descubridor, al punto de esbozar una revolucionaria obra de teatro, basada en una historia del hallazgo en la que un consejo de sabiduría ancestral, formado por tribus de todas las épocas y regiones de América, deliberan acerca de las intenciones de Le Plongeon de llevarse la estatua de la ciudad sagrada, mientras gestan una profecía en la que las naciones americanas llaman a una guerra del despertar. Esta guerra se avizora portadora de un propósito descolonizador que liberaría no sólo a los pueblos oprimidos, marginados y menospreciados, sino que también catalizaría la transformación de los colonizadores, llevando a buen término la búsqueda del “buen hombre blanco”. También Martí coincide con muchos en el error del descubridor al denominar Chac mool, "Jaguar Rojo", a la estatua. Este equívoco de Le Plongeon es parte de las estrafalarias historias que se imaginó, como las especulaciones fantasiosas acerca del origen de los mayas, que permeaban sus interpretaciones acerca de cada pieza que encontraba.
Tanto para Martí como para Le Plongeon había algo de incierto en la historia del continente americano, algo que cada cual intentó denunciar desde su campo de pensamiento y acción. Le Plongeon, desde el desciframiento de los misterios que encontraba, y José Martí, desde su llamado a la guerra necesaria en cada colonia americana, guerra que pretendió la liberación de los oprimidos, negros, indios y mestizos, mediante una revolución no sólo de las armas sino también de las ideas. Ambos hombres, a su manera, indirectamente confluyeron en una certeza que en su tiempo era inexpresable hasta para ellos mismos: el despertar de América ("Nuestra" para Martí) implicaba un cambio en la mentalidad instituida por la colonia que hiciera despertar un poder dormido.
Esa certeza es la que hoy nos mueve, al reconocer que la descolonización de nuestro continente (que en el caso de Cuba no se limita a la colonia española y norteamericana) solo será producto de una revolución hasta ahora inconclusa. Es por ello que la señal del Chac mool martiano fue el inicio de una serie de acciones para el grupo recién fundado, orientadas a la divulgación del caudal de sabiduría y vida de los pueblos ancestrales de América y el mundo. Dicha divulgación que se realiza de diversas maneras (académicas, artísticas y prácticas), es nuestro aporte que se une a los diversos grupos que en nuestra isla intentan una revolución en la sociedad cubana. En nuestro caso, partimos de la perspectiva de que del despertar de Cuba depende el del resto del continente. Sólo una transformación descolonizadora cambiará el futuro de América y por extensión del mundo. Y esa transformación panamericana -y cubana en particular- es, como intuyeron Martí y Le Plongeon, una revolución de la conciencia.
El develado de la estatua del Martí-Chac mool coincidió con el viaje que hiciera uno de los miembros del grupo a México, para instruirse en estudios y prácticas provenientes del saber tolteca y para formar parte de los esfuerzos por restaurar la memoria ancestral que desde ese país se realizan. La unión de estos dos hechos, sorprendentes y milagrosos, plantó la simiente que, junto con otras, busca reverdecer en Nuestra América el suelo sagrado de la libertad.
Esa certeza es la que hoy nos mueve, al reconocer que la descolonización de nuestro continente (que en el caso de Cuba no se limita a la colonia española y norteamericana) solo será producto de una revolución hasta ahora inconclusa. Es por ello que la señal del Chac mool martiano fue el inicio de una serie de acciones para el grupo recién fundado, orientadas a la divulgación del caudal de sabiduría y vida de los pueblos ancestrales de América y el mundo. Dicha divulgación que se realiza de diversas maneras (académicas, artísticas y prácticas), es nuestro aporte que se une a los diversos grupos que en nuestra isla intentan una revolución en la sociedad cubana. En nuestro caso, partimos de la perspectiva de que del despertar de Cuba depende el del resto del continente. Sólo una transformación descolonizadora cambiará el futuro de América y por extensión del mundo. Y esa transformación panamericana -y cubana en particular- es, como intuyeron Martí y Le Plongeon, una revolución de la conciencia.
El develado de la estatua del Martí-Chac mool coincidió con el viaje que hiciera uno de los miembros del grupo a México, para instruirse en estudios y prácticas provenientes del saber tolteca y para formar parte de los esfuerzos por restaurar la memoria ancestral que desde ese país se realizan. La unión de estos dos hechos, sorprendentes y milagrosos, plantó la simiente que, junto con otras, busca reverdecer en Nuestra América el suelo sagrado de la libertad.
Este artículo me parece excelente, no solo por la intención en lo que expresa sino porque actitudes y hechos como la develación de tal estatua, en mi opinión son una falta de respeto a una figura tan importante como el apóstol. Si luchar contra este tipo de hechos ayuda a "descolonizar", pues estaré siempre para apoyarlo.
ResponderEliminarRuben, hay varios errores en tu articulo. El mas claro es que Le Plongeon no era frances, era britanico. Lee wikipedia.
ResponderEliminarHola Chacmool, bienvenidas tus críticas. Lo que importa es la veracidad de la información. Subsanado el error y en espera de tus otras consideraciones. Saludos.
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